Los jabones naturales elaborados con leche hacen una espuma muy cremosa y se elaboran casi de la misma forma que otros jabones siguiendo el proceso en frío. Quizá la única diferencia resida en que en este caso hay que tener cuidado de que ni la leche ni el jabón se calienten demasiado. Esto podría provocar un fuerte olor a amoniaco o que los ingredientes se quedasen líquidos o incluso se separasen, no llevándose a cabo la saponificación y perdiendo todo el material.

¿Te animas a probar tu propio jabón casero?

¡La elaboración no tiene pérdida!

Antes de empezar, limpia y desinfecta pulverizando con alcohol todos y cada uno de los materiales y utensilios que vayas a utilizar, dejándolos secar antes de procedder con la elaboración.

Introduce los aceites y la manteca en una olla y caliéntalos hasta que se hayan fundido por completo. A continuación, cubre la superficie de trabajo con papel de cocina para protegerla de posibles salpicaduras de la sosa cáustica y ponte también guantes, gafas y mascarilla de protección (si quieres información detallada sobre las precauciones a tener en cuenta a la hora de manipular sosa cáustica, pincha aquí).

Saca Incorpora la sosa cáustica a un vaso de laboratorio, saca la leche (ahora cubitos) del congelador e introdúcelos en el vaso de laboratorio con la sosa. Ayúdate de una varilla de vidrio para remover (verás que los cubitos se van derritiendo poco a poco).

Es el momento de verter la mezcla de la sosa con la leche y el café en los aceites (importante que tengan una temperatura de 30ºC aproximadamente). Una vez lo hayas incorporado, bate con la batidora.

Añade una cucharadita de arcilla blanca y sigue batiendo hasta que la mezcla se asemeje a un puding y se vea la traza en la superficie.

Cuando veas que el jabón está duro y ya no emite calor, podrás desmoldarlo. Para ello, abre las tuercas y quita los laterales del molde.

Córtalo en seis pastillas iguales ¡y listo!

En nuestro caso, el día que preparamos la elaboración teníamos a mano unas bolas de jabón blanco de los restos de un jabón de otro día y las hundimos en la mezcla haciendo que quedasen más o menos en el centro, de ahí ese punto blanco en la foto. Si lo deseas, puedes probar a decorar el jabón con granos de café, por ejemplo. ¡Queda muy bonito!

¿Te ha parecido útil e interesante esta receta? ¡No olvides dejarnos un comentario para saber qué tal te ha ido con ella! En Cosmética Natural Casera Shop estaremos encantados de leerte.